Conseguir rotación de producto entre el público objetivo en locales de tarde- noche en zonas de copas y ofrecer al punto de venta una acción que incremente las ventas de su local.

Una azafata vestida con uniforme policial incitaba a los clientes a consumir una copa de Ron Contrabando a través de regalos y materiales que animaban a la interacción cliente-marca.

Para continuar con el ambiente policiaco creado se instaló un denominado «rincón del cacheo» donde los policias buscaban entre los clientes botellas escondidas a modo de Contrabando.

Los clientes seguían los procesos normales; eran esposados, alumbrados con linternas como sospechosos, e incluso se otorgó la categoría de policía a otras clientas que se encontraban en el lugar para que realizaran el mismo papel que las propias azafatas.

Además de incentivar las ventas del producto se pretendía generar tráfico al local concertado y conseguir notoriedad para que el público creara un vínculo con la marca. La acción se complementó con un trabajo activo en redes sociales para conseguir viralidad.

RESULTADOS:

Más de 2.000 fiestas realizadas con una venta media superior a las 70 copas por noche (jornada de azafatas de 4h).